Influencia y proyección genética: lo que haces y lo que piensas puede cambiar quién eres


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Un asombroso descubrimiento acaba de ser divulgado recientemente en la revista 'Science'. A pesar del dogma aceptado de que todas las células de una persona tienen la misma codificación genética, resulta que esto no es cierto, especialmente en las neuronas. El ADN de cada célula nerviosa tiene cientos de mutaciones en los nucleótidos A-T, C-G, que constituyen el código genético de la neurona. Por lo tanto, no hay dos neuronas que sean iguales.


El estudio fue realizado por 18 equipos de investigación nucleados en el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos. Esto se hizo como parte de una investigación sobre codificación genética neuronal. Se utilizó tejido cerebral postmortem tomado tanto de personas sanas como de individuos con enfermedades mentales.

Actualmente, los científicos no tienen una explicación clara de lo que causa tantas mutaciones. La posibilidad más obvia podría ser que dichas alteraciones ocurrieron como errores de transcripción durante la división celular. Pero hay un problema importante con esta explicación: no se sabe cuándo ocurrieron estas mutaciones.
A excepción de las células granulares en el hipocampo y el cerebelo, las neuronas generalmente no se dividen después de los primeros días posteriores al nacimiento. Por lo tanto, si la división celular es la causa de las mutaciones, se debe a lo que sucede durante el período post-natal temprano.

En cambio, si las mutaciones ocurren esporádicamente durante toda la vida, una causa probable podría ser el daño al ADN ocasionado por los radicales libres que se generan en el metabolismo. Las toxinas ambientales son otra causa posible. El punto es que los cambios en el ADN afectan al funcionamiento de la neurona y este cambio puede durar toda la vida.

Sabemos que las mutaciones pueden causar varias enfermedades cerebrales, incluidos tumores. Los equipos de investigación debían observar si las variantes genéticas predisponían a enfermedades psiquiátricas. Obviamente, la gran mayoría de la gente tiene estos diversos códigos genéticos en sus neuronas que no causan enfermedades. Pero, ¿pueden las mutaciones afectar las neuronas que participan en determinados circuitos cerebrales? ¿Cómo afectan estas mutaciones la forma en que razonamos, memorizamos o expresamos nuestras respuestas emocionales? Nadie lo sabe.

Hay un aspecto relacionado que no se considera en este contexto y es la probabilidad de que cada neurona difiera no sólo en su código genético, sino también en la manera que se expresan los genes. El nuevo campo de la epigenética ha revelado que las influencias ambientales, que van desde estilos de vida, toxinas o el uso de drogas, pueden afectar la expresión de los genes, incluso cuando no hay mutación. En el caso del cerebro, existe la clara posibilidad de que la vida mental de cada persona pueda afectar su expresión génica.

Hasta ahora, lo que hemos dicho sobre el cambio y la expresión de los genes, se refiere a individuos. Pero ¿qué pasa si algunas de estas mutaciones genéticas o efectos epigenéticos que se producen en las neuronas también se producen en espermatozoides y óvulos? Eso significaría que los rasgos adquiridos durante la vida de una persona podrían ser transmitidos a generaciones futuras.


Investigaciones recientes realizadas con ratones revelan que la expresión génica se modificó mediante la exposición de los animales a altas temperaturas, y el cambio genético se transmitió a través de óvulos y espermatozoides a los descendientes que no tenían exposición a altas temperaturas. Este cambio epigenético todavía estaba presente entre 5 y14 generaciones posteriores.

En la medida que las conclusiones de estos dos estudios pueden extrapolarse a los seres humanos, debemos considerar ahora la posibilidad de que las influencias personales de estilo de vida, ambientales y culturales, puedan propagarse a sucesivas generaciones. Las consecuencias de los ambientes dañinos y las opciones de estilo de vida pueden extenderse hasta el futuro, magnificando las consecuencias perjudiciales a través de múltiples generaciones.
Ahora debemos considerar que problemas de salud, comportamiento o culturales pueden surgir no sólo cuando las personas toman malas decisiones, sino que los efectos pueden propagarse a través de los genes a las generaciones futuras.


Referencia:
http://science.sciencemag.org/content/356/6336/eaal1641



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